Proyecto Escan, perros de refugio para víctimas del machismo

El proyecto Escan, perros de refugio para víctimas del machismo, se está poniendo en marcha en las poblaciones rurales españolas. Este es un programa enfocado en recuperar emocionalmente a las mujeres que son maltratadas. Se introducen los perros de los refugios adiestrados, a los núcleos familiares donde hay víctimas de esta naturaleza.

No es una terapia formal, consiste en llevar a uno de estos perros a los hogares de las víctimas. Él será un nuevo miembro de la familia con el que se creará un vínculo importante entre familia, perro y víctima. Que permitirá que la persona maltratada recupere su salud emocional, conviviendo y adiestrando a uno de estos animales.

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EL programa Escan tiene 6 años de creado y está operativo en algunas zonas rurales de Zaragoza y otras provincias. Entre las que se encuentran Murcia, Cáceres, Ávila, Alicante y Castellón. En las provincias donde todavía no se ha puesto en marcha, muy pronto se activará, gestionado por las correspondientes diputaciones.

En el caso específico de la provincia de Zaragoza (DPZ), se incluyó este proyecto entre los 20 activados durante este año para la lucha contra la violencia de género. Así en el 2020 se han repartido alrededor de 142.000 euros en ayudas para el total de proyectos en marcha. Gracias al incremento del presupuesto en un 40% después de varias solicitudes.

En este sentido, Pilar Mustíeles, diputada responsable del área de Igualdad en la DPZ, señala que la violencia de género también la sufren las mujeres de los municipios de las provincias. Pero no es tan público ni evidente como en las zonas rurales. Sin embargo, es necesario tomar iniciativas como el del proyecto Escan, para paliar las secuelas del maltrato.

Es oportuno destacar que, en las zonas rurales, bien llamadas España vacía, ocurre el 60% de la violencia de género. Así como alrededor de las tres cuartas partes de los asesinatos que suceden en el país. Y con este tipo de proyectos se intenta paliar las consecuencias del maltrato y cursos de defensa personal promovidos por algunas administraciones.

Las secuelas de las agresiones machistas y el proyecto Escan

Una baja autoestima y la falta de confianza son algunas de las secuelas de recibir en forma permanente maltratos físicos y agresiones machistas. Por lo que las relaciones sociales de las personas maltratadas son prácticamente nulas.

Asimismo, la capacidad que tienen para decidir o resolver situaciones adversas o de cualquier índole. Perjudicando las relaciones familiares y laborales y produciendo en las víctimas estados de ansiedad y aumento de la presión arterial. Ocasionados por la preocupación de tener que volver a casa donde será maltratada nuevamente.

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Considerando este panorama, el proyecto Escan tiene como objetivo palear las secuelas que deja el maltrato en estas personas. El ingreso del perro a los hogares de las víctimas de maltrato dura alrededor de tres meses. En los inicios del programa, antes de seleccionar al perro, una psicóloga tiene entre dos o tres sesiones con la víctima.

La mayoría de los perros son de refugio y no está establecida una determinada raza o una edad específica para escoger el perro. Sin embargo, cuando están cachorros, es más fácil establecer el vínculo perro-víctima-familia. Y, cuando son adultos es más fácil adiestrarlos. Así, que la selección dependerá de las primeras entrevistas con la psicóloga.

Por los momentos, se está trabajando en el programa con perros labradores, San Bernardo, Bóxer y alguna raza de perros pequeños. Las víctimas tienen la posibilidad de seleccionar al perro, pero bajo la supervisión de la psicóloga.

Muchas de las víctimas prefieren a los perros de gran tamaño, pues les brindan mayor seguridad. Según explica Enrique Cruz, escolta canino e impulsor del Proyecto Escan

En la primera fase del programa, hay un proceso de socialización del perro. EL animal se convierte en el apoyo emocional de la mujer maltratada. Y es, además, la “figura de interrelación y gratificador del logro de superación de temores”. EL perro se adiestra semanalmente para que solo obedezca órdenes verbales de la mujer.

Así se va creando el vínculo necesario, alimentándolo, paseándolo y haciéndole la higiene necesaria al animal.

Cabe destacar que el perro no se adiestra para atacar. Se trabaja especialmente en el vínculo y lo más importante es que la mujer junto a sus hijos se sienta realmente protegidos. Tal como lo señala Cruz, «Nuestro programa es de terapia con apoyo psicológico, y el perro interviene en la mejora de los aspectos emocionales».

El tema de la seguridad es otra cosa, el estado es el que tiene inherencia en ese aspecto.

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