Dos factores importantes para educar a un perro son el cariño y la disciplina. Son determinantes en el comportamiento de un perro y en su forma de ser. Ninguno de los dos en exceso o defecto es bueno, debe haber un equilibrio para que el perro sea educado y adiestrado con efectividad.

Primero hay que aclarar que adiestrar al perro es diferente a educarlo. Desde que nace se le enseñan juegos y normas de comportamiento. De manera que le sea posible convivir con personas, otros animales y a comportarse en la casa y la calle. Se le desarrolla su capacidad intelectual y se le enseña a hacer buen uso de ella, este sería un perro bien educado.

Muchas veces, cuando un perro tiene problemas de conducta, sus dueños piensan inmediatamente que necesitan ser adiestrados. Pues no, necesitan ser educados, hay que enseñarles a no salir corriendo y halar de la correa cuando van de paseo. Enseñarle donde hacer sus necesidades o a no ladrar por cualquier cosa.

También enseñarle a no saltar sobre las personas y a no comer alimentos que les tiren de la calle. Todo ello es educación, es enseñarlos a comportarse en sociedad.

Mientras que adiestrarlo, significa amaestrarlo y enseñarlo a seguir órdenes. Adiestrarlo es especializarlo en realizar una función definida y muy concreta. Como por ejemplo adiestrarlos para ser lazarillos, perros para terapia, perros bomberos o perros rescatistas.

El adiestramiento es una especie de herramienta para empezar a educarlo y ello se logra con cariño y disciplina. Por lo tanto será necesario equilibrar muy bien las dosis de cada factor que se ponga en su educación.

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El equilibrio perfecto entre cariño y disciplina

Hay varias combinaciones posibles entre los factores cariño y disciplina para lograr una actitud diferente en el perro. El secreto está en encontrar la combinación perfecta para lograr los mejores resultados en su comportamiento final. Hay que considerar que las razas de perros tienen conductas diferentes y ello es un factor adicional.

No es conveniente excederse ni con el cariño ni con la disciplina.

Cualquier exceso así como carencia de ellos causaría malas conductas en el perro. Lo cual no es deseable para enseñarlo a comportarse y a socializar. Se analizan cuatro combinaciones y veamos los resultados.

Sin cariño y sin disciplina.

Un perro que viva libremente con autonomía total y dándole un trato fuerte y hostil, con seguridad no seguirá órdenes. Los resultados que se obtengan no serán los mejores. Será un perro que estará siempre en el jardín, sólo, sin que se le dé la importancia necesaria para motivarlo.

Su dueño solo se ocupará de él cuando haga algo indebido, como romper una mata o romper un abrigo, por ejemplo.  En ese momento será castigado para que aprenda que eso está mal hecho.

Con cariño pero sin disciplina.

En este caso, un perro que recibe afecto pero además tiene mucha autonomía, tampoco es lo ideal. A pesar de que se le da mucho cariño no se le hace ninguna exigencia. Por lo tanto su comportamiento no será el más deseable. Pues los resultados dependerán mucho del carácter del perro. Es posible que resulte desobediente o agresivo o tal vez algo difícil de controlar.

Un trato afectuoso y exigente

Es la mejor combinación para ser más acertado y conseguir una mejor actitud del perro. Ninguno de los dos factores se le proporciona en exceso, es la clave para lograr los mejores resultados. Será un perro que convive con la familia y un animal completamente sociable.

Con cariño pero un control excesivo.

Tampoco es lo más acertado el perro se convertirá en un adorno, muy pasivo e inseguro. Es otra combinación poco recomendable, el perro será imprevisible e incapaz de funcionar normalmente.

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Algunos consejos para educar a su perro desde cachorro

Los primeros meses después de nacido, son los más decisivos, ya que se fundarán las bases de la conducta del cachorro. Si comienza a hacer bien su trabajo de educarlo, con seguridad tendrá un resultado exitoso. Y cuando sea un perro grande no tendrá problemas de conducta. Siga estos pequeños consejos y tendrá buenos resultados.

  • Establezca una jerarquía. El perro debe saber desde el principio quien manda en la casa. Por su naturaleza gregaria necesitan un líder y usted es el líder a quien seguirá.
  • Muy importante definir una rutina de normas y nunca romperlas. Dentro de casa las pautas deben ser muy claras sin que sufran alteración. Debe tener un horario y respetarlo, tanto para comer, como para salir, pasear, comer o dormir. También debe tener un lugar para comer y dormir.
  • El perro debe depender del dueño nunca lo contrario. Cuando empiece a salir a la calle, sáquelo a pasear y en un lugar solo sin distracciones, quítele la correa y comience a andar en círculo para comenzar a crearle al cachorro apego y dependencia hacia usted.

La mirada de los perros y su domesticación.

El cachorro le seguirá y usted le deberá premiar cada vez que se le acerque. Este ejercicio debe ir progresando poco a poco, rimero dele una sola vuelta durante 5 o 10 minutos, los días siguientes aumente el número d vueltas y el tiempo. El irá aprendiendo con cariño y disciplina. 

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